P. JA MG: El ritmo de crecimiento de ALBA, en cuanto a las nuevas líneas de luz, no es tan elevado como haya pasado en otras instalaciones similares. ALBA, después de 10 años de funcionamiento, opera con 9 líneas y está previsto que llegue a 12 (otras instalaciones similares operan con una treintena de líneas de luz). ¿Puede esta velocidad condicionar su papel dentro de la comunidad internacional?
R. SF: Es verdad que ALBA es pequeño comparado con otros y sería muy deseable que fuera mayor, pero también es verdad que la calidad de la producción científica que se genera está al nivel de los mejores. Esto es una afirmación cuantitativa basada en las publicaciones que se hacen y demuestra que el proyecto es un éxito pese a su limitación de tamaño. ALBA es un laboratorio nacional e internacional en el que acuden científicos de todo el mundo, algunos de ellos de los mejores en su campo. En el futuro se llevará a cabo con gran probabilidad el proyecto ALBA II que contará con más líneas y más posibilidades experimentales.
P. JA MG: Desde tu perspectiva actual, ¿un consejo para la gente que comienza?
R. SF: Si uno tiene claro que quiere ser científico profesional, hay que lanzarse e ir a por ello dejando de lado la geografía y bastantes otras cosas. Además, hay que trabajar duro y concentrarse bien. Para esto hace falta que te guste mucho la ciencia porque no es un camino fácil. Sin embargo, hay carencia de buenos científicos y hay oportunidades. El problema de la pandemia ha servido para concienciar a la sociedad de que la ciencia es necesaria y útil. Lo mismo ocurrirá con el calentamiento global y sus problemas asociados que en los próximos años van a ser prioritarios. La Ciencia de nuestro siglo está, y todavía lo estará más, enfocada a problemas de la sociedad y del planeta. Aquí los científicos tenemos mucho que decir. Un joven que comienza tiene que tener esto claro porque este es el horizonte. Parte de la ciencia más especulativa o alejada de la gente ira quedando relegada a posiciones muy minoritarias. Esta es mi opinión que, evidentemente, puede estar equivocada.